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Whiplash y la obsesión por ser exitoso

  • Administrador
  • 1 jun 2020
  • 5 Min. de lectura

Por: Sebastián Maya


Whiplash es esa película que habla de uno de los gremios más subestimados en el mundo y es el de los artistas. En donde, el director Damian Chazelle logra introducirse en la parte interna de la vida de un ansioso y deseoso joven que desea alcanzar uno de sus mayores sueños: Ser un reconocido baterista.


Y con esta premisa se da inicio a una de las obras más emotivas y fascinantes de la filmografía de Chazelle, quizás una visión propia y al mismo modo crítica del exigente mundo artístico. Pues quien dijo que ser artista era sencillo, y quizás para quienes lo afirman esta película te demuestra que no debes subestimar ninguna profesión.


Y así es como destacamos una relación amor/odio entre Andrew Newman un joven baterista que llega a una de las mejores escuelas de música y su maestro Terence Fletcher un exigente y obsesivo músico quien se fija en este chico desde un primer encuentro al comienzo de la película, donde nos presentan a nuestros protagonistas quienes serán como un ying/yang en el que son demasiado opuestos. Esto se vuelve en la relación maestro-estudiante más complicada, pues luego de ese encuentro, Newman empieza a tocar en una clase luego del verano y aparece nuevamente el mencionado y reconocido Fletcher quien lo invita a hacer parte de la banda de la escuela más importante de música del país. Esto emociona al joven que es representado como cualquier artista universitario, que al recibir aprobación de un maestro que aprecia o admira, sus sensaciones de alegría crecen; aunque este chico es más reservado de la vida social, termina conociendo a una chica con quien empieza a salir.


Hasta este punto, todo estaría normal, pero desde que tiene su primera clase con el maestro Fletcher todo en su vida empieza a cambiar, y ese deseo por ser el mejor baterista termina excediéndose poco a poco, pues luego de que tuviera la forma de sobresalir en el primer intento, fracasa y al mismo tiempo ve su advertencia en la que Fletcher trata de forma horrible a un estudiante a quien termina echándolo. Andrew no se rendiría y seguiría adelante. Cada vez más su obsesión crece, empieza a lastimarse logrando llegar al tempo propuesto por Fletcher.

Y a partir de ahí, Andrew empezaría a aprovechar cada chance para querer demostrar su talento y que realmente Fletcher tenía a alguien muy destacado en su orquesta. Desde un problema con una carpeta hasta el grado de un accidente fueron las peripecias que Andrew tuvo que pasar. Poco a poco Fletcher exigía más de sus estudiantes y en especial en Andrew, hasta el grado de destruirlo física y moralmente. Y también su familia no lo veía como alguien talentoso, siendo destrozado moralmente y al mismo tiempo hacerlo obsesionarse hasta el grado de dejar su vida “normal” a un mundo de soledad, desespero, pánico y competencia. Andrew sube su exigencia, hasta el punto de sufrir un accidente y aun así continuar con su labor de llegar a tocar en la ultima oportunidad que su profesor le dio. Al llegar herido fracasa y es expulsado, reflejando la ira y frustración que siente cualquier artista al no sentirse aceptado. Llegando al límite, renunciando a su sueño y buscando re ordenar su vida.



Esta vida, la vida de incertidumbre, la vida de exigencias y sacrificios se vuelve tormentosa para un artista que quiere ser el mejor. A diferencia de carreras de ciencias exactas, en el arte, no se sabe cuando triunfas y cuando eres destacado, tu mismo labras tu camino y si fijas el ojo de algún talento, te esforzarás por ser destacado por esa persona y que esa persona crea en ti. Ya no trabajas por ti, sino por quien te de el empuje al éxito. Si un director como Quentin Tarantino se fija y te dice que eres la joven promesa del cine, tu harás todo lo posible por no defraudarlo, y si Tarantino es tu maestro, buscarás como sea poder ganarte la confianza de él. Esa obsesión por ser el mejor en una carrera de talentos es compleja, porque en la vida estarás tocando mil puertas buscando el sitio donde encajar. Una decisión realmente arriesgada en la cual no sabes qué hacer.



Whiplash en toda su película te advierte de un problema común en este aspecto, te señala que los excesos te pueden destruir moralmente y físicamente, pero te harán mas talentoso. Te enseña que en la vida no obtienes nada “justo” si no sacrificas gran parte de ti. En un discurso algo desalentador para un aspirante a artes, que sueña ser el mejor, ganar un premio, exhibir su obra, que le digan que tiene talento y triunfar. Pero poco a poco ves que no es fácil, que la vida pasa, cometerás errores y muchos Fletcher te dirán que eres un bueno para nada. Renuncias a tus sueños y crees que pierdes todo tu tiempo.


Ante esto, la historia va llegando a su fin, un Andrew destrozado termina dejando de lado su batería que representa sus sueños, se dedica a vender cafés en la ciudad para ganarse la vida. Pero la música no lo deja. Posteriormente se da cuenta que su maestro provocó el suicidio de un músico que estuvo en la banda en la que Andrew fue parte, el profesor es señalado de promover la ansiedad y la depresión, y dentro de su frustración Andrew lo acusa de lo mismo.

Esto genera un punto de quiebre, frustrados de nuestros sueños, muchas veces como artistas repudiamos a quienes nos prohíben soñar y crecer. Renunciamos y odiamos lo que amamos porque es realmente complicado triunfar. Ese choque a la realidad, es algo al que el artista le huye, muchas veces el fracaso o el negativismo se elimina y queda en un grado oculto, para evitar que eso haga que algo salga mal.


Con esto, Andrew va a un toque musical donde Fletcher es invitado, lo escucha y al finalizar ambos se encuentran nuevamente, Fletcher al final le revela su intención como maestro y nos hace ver que todo lo que hizo por Andrew es para su formación no como buen artista sino el mejor. Además, señala, que su trato lo hace porque pone a prueba a quienes en verdad aman su arte, pues jamás le diría que hizo algo bien porque se confiaría y creería que es el mejor.

El ego del artista se basa en que a veces se reciben halagos de alguien importante en el arte, asimismo funciona cuando ese alguien te dice que eres un fracaso o una excusa, crees que estás condenado. Chazelle nos muestra que no hay enemigos en esta historia, simplemente dos personas buscando dar lo mejor de cada uno, pero al fracasar (Andrew Y Fletcher expulsados) llega el momento de redimirse y continuar. Por ende, vemos al final como ambos salen glorificándose en el ultimo toque en el que por fin vemos a Andrew destacarse y a Fletcher feliz de darlo todo por un alumno. En ese caso, el maestro termina revelando sus intenciones y se vuelve un mentor en la vida de su estudiante.



Es este el fin, Whiplash es una obra dedicada a los artistas, de donde se vive la frustración y los miedos que se tienen y a veces cómo esto se tergiversa con una obsesión de triunfo. Chazelle pone a los artistas en juicio, pone a este gremio algo confuso en cuestionamiento y te pone el reto de si decides irte por lo que tu crees que está bien o por lo que los demás te dicen. Y si realmente los artistas nunca tienen criterio y se basan en lo que el público opine de ellos, o ellos mismos deben tener su criterio. Whiplash es ese film que todo aspirante a artista en cualquier área debe ver, saber que el camino es duro y que a veces tu peor enemigo, eres tú mismo.

 
 
 

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